Genial y tan divertido como siempre, Kapanga llenó a Gap de alegría con sus mejores canciones, y con todos sus originales rituales de saludos a los primerizos y lluvia de ojotas.
La disco repleta y festejando fue el marco para un recital que recorrió (como acostumbra la banda) por todos los géneros musicales posibles, y por todas las ocurrencias más gracias que caracterizan al grupo del mono.
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